Las costumbres marinas tienen sus orígenes en el amanecer de la humanidad cuando los capitanes y las tripulaciones estaban protegidos de la inmensidad del mar gracias a las supersticiones. A lo largo del tiempo y de las aventuras, el marinero ha ido prohibiendo muchas cosas a bordo.
Vamos a sumergirnos en este mundo fantástico de las supersticiones.
El primo de la liebre, «La bestia de grandes orejas»
Igual que las aves, los cerdos y las leguminosas, el « tú ya sabes qué » o «la bestia de grandes orejas» ha formado parte de los víveres de las embarcaciones durante siglos. Excepto que el primo de la liebre, con sus hermosos dientes, masticaba el mimbre de su jaula, luego el cáñamo de los cordajes, luego la estopa … Así es como, por exceso de codicia, el roedor habría causado gran número de naufragios.
Así que ni para comer, ni de compañía, ni de peluche… ¡A bordo, nada de conejos!
Cambiar el « macoui » sin molestar a Neptuno
Ahora seguramente os estaréis preguntando, ¿de qué se está hablando y qué es el « macoui »?
Sí, seguimos hablando de supersticiones marinas. Otra de ellas, una muy polémica: cambiar el nombre de su barco. ¿Qué peligro hay?
Según la tradición, aunque esto no es aconsejable y que otra solución sería bienvenida [como por ejemplo adaptar y aprender a apreciar el nombre del barco], es necesario cortar el « macoui » para poder cambiar el nombre de un barco sin que se enfade Neptuno, dios que gobierna todas las aguas.
El « macoui » es el rastro que deja un barco, como si una serpiente estuviera siguiendo permanentemente su embarcación. Desde su bautismo, un barco tiene su propio « macoui ». Si el nombre del barco cambia, entonces se añade otro. El inconveniente está en que solo puede haber un « macoui », así que el original se tiene que “cortar” para dejar paso al nuevo sin que Neptuno se irrite. Para conseguirlo, es muy fácil: solo basta con salir al mar seguido de otro barco y ir tirando una bebida hacia el rastro para que el « macoui » se “alegre”. Entonces, el barco que acompaña pasa por encima del « macoui » y consigue cortarlo. Además, se recomienda ir dando golpes de sirena ya que al « macoui » no le gusta nada el ruido. Para acabar y darle las gracias a Neptuno, hay que verter un buen vaso de vino en el lado estribor del barco.
Un barco que no haya probado vino probará sangre
Érase una vez la sangre de una víctima extendida sobre la proa, como ofrenda a los dioses para que otorgasen su protección a la nave…
¿Pensabas que las burbujas de champán eran el lado festivo de las llegadas? El ritual del sacrificio con la famosa botella rota de vino contra el casco ha evolucionado hasta dar paso al champán.
¿Una anécdota? El hundimiento del Titanic reforzó esta creencia, dado que los barcos de la compañía White Star Line nunca fueron bautizados antes de su lanzamiento.
Encender un cigarro con una vela…
Uno de los antepasados de la actual Sociedad de Salvamento y Seguredad Marítima (SASEMAR) fue la Sociedad de Hospitalarios de Rescate Bretones. Usted pensará, “Sí, ¿y qué?” Este último vendía fósforos para financiarse … ¡encender un cigarrillo con una vela era privarlo de donaciones!
Por eso, al encender un cigarrillo con la llama de una vela, provocaríamos en el mismo momento la muerte en el mar de un marinero desconocido …
Olvídate de las flores para decorar
Las flores se usan en la elaboración de coronas funerarias arrojadas al mar cuando un marinero muere … Así que mejor déjate tentar por las suculentas, perfectas a bordo: necesitan luz, calor y poca agua, como cuando tomamos el sol 😉
Deja de cantar
Silbar elevaría y despertaría los vientos incontrolables y atraería al demonio … El único que sí puede silbar es el cocinero porque, mientras se le oye, no come la comida a bordo ni prueba (en exceso) los platos que se están cocinando.
Cualquier sinónimo menos “cuerda”
A bordo nunca se emplea el término “cuerda”, ya que se solía usar para colgar a los niños de amotinados en el patio grande … Así que la cuerda es una palabra reservada exclusivamente para la campana: un símbolo fuerte vinculado al mundo marítimo. A bordo la campana se usaba tradicionalmente para hacer turnos y, especialmente, para advertir a otros barcos cuando había niebla.
Se recomienda usar cualquier sinónimo de cuerda para evitar dar paso a la superstición. Hablamos de amarre, de escucha, de driza, de punto muerto, de balancín … también para aclarar la maniobra y evitar ambigüedades.
Y mucho más …
• Siempre enrollar los cables en el sentido de las agujas del reloj.
• No duermas con la cabeza mirando hacia la proa del barco.
• Ólvidate de cortarte las uñas en un barco, trae mala suerte.
• Tocar el cuello de un marinero da buena suerte.
• Siempre subir en un barco con el pie derecho tocando primero.
¿Alguna superstición más que nos quieras contar? ¡Cuéntanos cuáles son tus favoritas!